La importancia del lenguaje corporal y las señales no verbales

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Lamentablemente, no todas y cada una la gente poseen la misma facilidad para mantener esta conexión con su cuerpo.

Lamentablemente, no todas y cada una la gente poseen la misma facilidad para mantener esta conexión con su cuerpo. Hay algunos niveles que lo complican, por ejemplo, atravesar situaciones con un alto impacto emocional, especialmente si se genera un estado de estrés crónico. El primer paso para interpretar las señales que nuestro cuerpo nos envía es prestar atención consciente a nuestras experiencias físicas. Esto supone estar presentes en el instante y observar de qué forma tiene una reacción nuestro cuerpo frente distintas situaciones y conmuevas. ¿De qué nos hablan éstos cuerpos? Por medio de nuestros gestos, expresiones faciales, posiciones corporales y tono, transmitimos información sobre nuestras emociones y pensamientos de manera inconsciente. Los gestos, posturas y expresiones faciales desempeñan un papel fundamental en la comunicación no verbal, puesto que transmiten información sobre nuestras emociones y pensamientos ocultos. Mediante movimientos, posturas, movimientos y expresiones faciales, nuestro cuerpo comunica información crucial sobre nuestras emociones, pensamientos y estados mentales. Por medio de ellos, podemos revelar nuestros reales sentimientos, intenciones y reacciones, aun en el momento en que procuramos controlar o ocultar lo que realmente nos encontramos ensayando.
La importancia de la comunicación mente-cuerpo
En ocasiones como señales de alerta otras como chillidos agobiados que no pueden pasarse por alto. Al comienzo del artículo veíamos que la forma donde fuimos cuidados se convierte en la referencia de de qué manera lo vamos a hacer más adelante, pero la buena noticia es que, cuando medramos, contamos la oportunidad de cuidarnos de otra manera. Si tras vivenciar una experiencia traumática el sistema de alarma queda habilitado, la detección de amenazas incesante va a conducir a la persona a un estado de desgaste muy alto y de "acumulación" sensible, que, indudablemente, terminen repercutiendo en su cuerpo.
En conclusión, el cuerpo es un poderoso medio de expresión que revela lo que la mente calla. Es importante prestar atención a estas señales no verbales, ya que tienen la posibilidad de brindar pistas valiosas sobre lo que verdaderamente está sucediendo dentro de una persona. En estas situaciones, probablemente halla una activación de sistemas defensivos de nuestro entendimiento que nos avisan de riesgos y que nos incitan a la lucha, la escapada o a quedarnos paralizados. Observaremos que cuerpos acostumbramos a recibir, burton.rene cuerpos subjetivos, historizados, que son siempre y en todo momento más que un mero soma. Esta visión alternativa viene de la fenomenología existencial y supone un crecimiento hacia una idea muy distinta del lugar del cuerpo en la terapia. Tales cuestiones nos recuerdan que hay otra concepción del cuerpo que ingresó la Terapia Gestalt a lo largo de su formulación temprana. Exactamente es así como empezó a dejar en libertad esas emociones pasadas que habían quedado atrapadas en un reflejo inconsciente. El caso es que esas dos formulaciones distintas del cuerpo terapéutico nunca estuvieron bastante reconciliadas entre sí. Al charlar apartaba la visión regularmente, lo que quitaba fuerza a su alegato y dejaba a sus interlocutores perplejos y poco implicados con la conversación. Como Merleau-Ponty resumió, en la perspectiva fenomenológica el énfasis se encuentra en la contribución creativa que el que percibe hace de toda experiencia vivida, "la percepción ya es expresión" (Merleau-Ponty, 1970, p.6).
La importancia de la congruencia entre palabras y gestos
Bettina comprendió que su cuerpo separaba la visión de los clientes del servicio pues había aprendido que mirar a los ojos producía un mal sensible desbordante. Bettina, una consultora capaz de treinta años con buena presencia y experta en el ámbito energético, me contactó para progresar sus capacidades comerciales meses atrás. Ahora sostiene la mirada de sus interlocutores a veces poco a poco más largos sin sentir incomodidad y ha mejorado considerablemente su destreza comercial. Esto supone un acto de responsabilidad, ya que por el momento no será suficiente con indicar cómo los cuidadores lo hicieron, sino va a ser instante de tomar cartas en el tema y realizar cambios.
¿Cómo puedo saber si las señales del cuerpo son importantes? Bettina no podía sostener la visión en su interlocutor, y no era por desprecio, ni defensa, ni nada semejante. ¿Qué importaba lo que dijeran los dichosos manuales de interpretación del cuerpo?

Y sólo en esos momentos en que esto sucede emergen y toman forma tanto el lenguaje como la filosofía. Por consiguiente, defiende Levinas, la ética antecede a los modos de pensamiento filosófico como la metafísica. Cuando os hablo, si lo hago sin mucha autoconciencia, podríais decir que mi cabeza está en mis labios. Para él, el contacto, la experiencia humana, la relacionabilidad humana, comienzan con la presencia corporal expresiva, no la nuestra sino la del otro, y no en algo tan verbal como el Yo-Tú. No puedes ver la cara del otro, dice Levinas, sin que ello te provoque una consciencia de compromiso ética hacia él. (Esta sería la descripción fenomenológica.) No quiero decir que si estoy pensando intencionadamente, que sería como hablarme a mí, sino a en el momento en que os hablo a vosotros, dicho en el mismo sentido en que puedo mencionar que os miro y vosotros me mirais. Para Levinas, tal conocimiento no es particularmente científico, ni es el tipo de conocimiento asociado con las artes, si bien pueda formar parte de los dos.
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Quizá lo más exacto sería decir que a la cabeza la logramos hallar trabajando especialmente en el punto donde toco y me siento tocado. Unos pocos han aprendido que este es el único lenguaje que su cuerpo sabe conducir, y escuchando con paciencia acaban resolviendo entuertos que creían cerrados y olvidados. Buber llama a su bella concepción del Yo-Tú una "palabra", pero Levinas empieza con la piel arrugada de la cara del otro cuyos ojos te miran al mismo tiempo que los miras tú. Es autora de Lo bueno de tener un mal día (Planeta, 2020), Las cicatrices no duelen (Mundo, 2021) —los dos traducidos a múltiples lenguas—. También de No soy yo (2017) y de algunos libros especializados, y ha dirigido múltiples proyectos de investigación sobre estos temas. Por consiguiente, es importante estar siendo conscientes de de qué manera nos movemos, cómo nos situamos y de qué manera nos expresamos a través del cuerpo. De nuevo, esto es lo que la terapia Gestalt desea denotar con el término contacto. Cuando el contacto es habla, nuestra mente no es un ejecutivo que está aparte y dicta expresiones a la boca.
Hay muchas historias como esta que empiezan con un reflejo o un síntoma problema del cuerpo. Algo bien distinto sucedía en épocas pasadas, cuando el psicoanálisis pivotó sobre estos trastornos una gran parte de sus articulaciones teóricas y de sus proposiciones terapéuticas.
Respuesta adecuada a las señales del cuerpo
Estas repercusiones las hemos escuchado bajo el nombre de inconvenientes gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable; alteraciones de la piel, como psoriasis; mal crónico, tales como cefalea, jaqueca, etcétera., por ejemplo. La práctica de la observación atenta, la empatía y el autoconocimiento nos permitirán comprender mejor a el resto y a nosotros mismos, progresando de esta manera nuestras relaciones interpersonales y nuestro bienestar psicológico. Estas técnicas de interpretación del lenguaje corporal pueden ser útiles en diferentes contextos. Por ejemplo, en terapia psicológica, el terapeuta puede ver el lenguaje corporal del cliente para conseguir una entendimiento más profunda de su estado sensible y de este modo ofrecer un tratamiento más efectivo. Las sesiones clínicas en los servicios de psiquiatría ocasionalmente giran en torno a los cuadros conversivos, sino que se transforman en pacientes incómodos, bien difíciles de entender y de encajar en el esquema general de los que tienen que hacerse cargo de ellos. También debemos estimar el contexto y las especificaciones individuales al interpretar la comunicación no verbal.
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